Prado de Fata (Madrid 1967) se forma en distintas disciplinas (pintura, grabado, escultura). Pero será el encuentro con la pintura japonesa
sumi-e y los conceptos de la filosofía zen, el punto de inflexión en su trabajo artístico.
En ese momento, su obra evoluciona y se completa con una búsqueda personal a partir de la expresión del propio sentimiento, despojándolo
de todo lo superfluo y depurando lo accesorio. En este camino comienza a utilizar materiales con personalidad propia, polvo de mármol, carborundum, pizarras,
pigmentos que unen intrínsecamente a la obra con la misma naturaleza.
Para Prado de Fata el objetivo es la búsqueda y la expresión de armonía más o menos oculta que podemos encontrar en el fondo de cada objeto, de cada detalle de un camino, de un concepto.
El resultado para los que nos situamos frente a los hallazgos de la artista, no es sino el equilibrio, la serenidad y el sosiego.
Jesus Jiménez Peces